Qualia (1 de 3)

Publicado el 21 de noviembre de 2024, 17:14

El fisicalismo es una doctrina filosófica que afirma que todo aquello que existe es exclusivamente físico. Por tanto, se trata de un monismo materialista.

Experimento mental -“el argumento del conocimiento”- planteado por Frank Jackson en el artículo Epiphenomenal Qualia (1982), a fin de refutar el fisicalismo:

El cuarto de Mary: “Mary es una científica brillante que está, por alguna razón, forzada a investigar el mundo desde un cuarto blanco y negro a través del monitor de una televisión en blanco y negro. Se especializa en la neurofisiología de la visión y adquiere, supongamos, toda la información física que hay acerca de lo que sucede cuando vemos tomates maduros, o el cielo, y usa términos como "rojo", "azul", etc. Ella descubre, por ejemplo, justo qué combinación de ondas del cielo estimulan la retina, y exactamente cómo esto produce a través del sistema nervioso la contracción de las cuerdas vocales y la expulsión de aire de los pulmones que resulta en la pronunciación de la oración "el cielo es azul". [...] ¿Qué sucederá cuando Mary sea liberada de su cuarto blanco y negro o se le dé una televisión con monitor en color? ¿Aprenderá algo o no? Parece obvio que aprenderá algo acerca del mundo y nuestra experiencia visual de él. Pero entonces es innegable que su conocimiento previo era incompleto. Pero tenía toda la información física. Ergo hay algo más a tener que eso, y el "fisicalismo" es falso.”

La qualia son las cualidades subjetivas de las experiencias individuales. Un quale sería, por ejemplo, la rojez que experimento cuando veo algo rojo.

Según Frank Jackson, Mary, cuando sea liberada o se le dé una televisión en color, aprenderá algo que hasta ahora le había sido  vedado: la qualia referida a los colores.

¿Realmente sería así? ¿Mary aprendería algo o su absoluto  conocimiento de la neurofisiología de la visión sería todo lo que se podría saber?

Daniel Dennett refuta la conclusión de Frank Jackson, y comienza con la siguiente observación, de una gran belleza: puestos a experimentar mentalmente, habrá que experimentar en todos los sentidos y aspectos del problema, pues de lo contrario llevamos de manera falaz la cuestión al terreno pretendido, provocando una “bomba de intuición”. En base a dicha experimentación integral, prosigue, Mary tendría un tipo de conocimiento –absoluto- que nosotros siquiera podemos concebir, y en consecuencia:

“(…) ya habría deducido, valiéndose de su vasto conocimiento de la ciencia del color, lo que se siente exactamente al ver algo rojo, algo amarillo o algo azul antes de pasar por la experiencia” (Dulces sueños, obstáculos filosóficos para una ciencia de la conciencia).

Siguiendo con su razonamiento, la qualia no sería más que:

“(…) la suma total de todas las disposiciones a reaccionar idiosincrásicas inherentes a mi sistema nervioso como resultado del hecho de que yo me enfrente a un determinado patrón de estímulos” (La conciencia explicada).

Es decir, para nosotros, la qualia es algo diferente a los procesos cerebrales en la medida en que nuestro conocimiento acerca de los mismos es limitado, siendo esta limitación insalvable, inherente a nuestra propia naturaleza. La caracterización de la qualia como un ente diferente a los procesos físicos no sería más que una consecuencia inevitable de nuestros límites del conocimiento del mundo que nos rodea. 

La qualia como creación humana, fruto de nuestra fragilidad cognitiva, podríamos decir.

 

Sin embargo: 

Daniel Dennett dice “ya habría deducido”. Se me ocurren dos tipos de deducción al respecto:

La primera sería que Mary, sabiendo todo  lo que ha de saberse, sería capaz de reproducir un estado mental a partir de su absoluto conocimiento de los procesos neurofisiológicos de la visión. Es decir, sería capaz de reproducir la qualia referida a los colores. La deducción, entonces, sería la reproducción de un estado mental –imaginaría los colores-, por lo que nos encontraríamos ante algo diferente a su conocimiento de los procesos físicos: hasta que no hubiera dicha reproducción interior, no conocería todo.

La segunda sería que, al salir Mary de la habitación, o disponer de una televisión con monitor en color, diría algo así como “lo sabía”. Y ese “lo sabía” no sería el tipo de saber que nos es accesible a las personas, sino que sería del tipo sé que lo sé, sin posibilidad para afirmaciones del tipo creía saberlo. Pero, aun así, Mary necesitaría la vivencia subjetiva del color para saber exactamente qué es lo que sabía.

En mi opinión, el experimento mental de Frank Jackson, y su consiguiente conclusión, son impecables.

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